La Terapia Familiar Sistémica es un marco teórico centrado en los sistemas y subsistemas familiares. El objetivo de la intervención es generar los cambios oportunos en las relaciones interpersonales que originan el sufrimiento de la persona. El llamado ARTE DEL CAMBIO se alcanza cuando el paciente, con su realidad, consigue adquirir una nueva narrativa de su propia historia, estableciendo un antes y un después a su problemática. No se trata de cambiar las condiciones de su pasado ni de su presente, más bien se trata de buscar otras alternativas ampliando el campo de comprensión de su funcionamiento o comportamiento actual, ofreciendo alternativas de solución a sus dificultades en la que quizás nunca antes hubiese pensado.
Cada uno de nosotros contamos con una historia de vida, unos orígenes que han marcado nuestro pasado, marcan nuestro presente y marcaran nuestro futuro si seguimos actuando “como siempre”.
Desde la Terapia Sistémica se entienden los problemas desde un marco contextual, pues todas las personas estamos inversas en muchas relaciones interpersonales. Sin embargo, es en la familia donde más se focaliza la terapia, pues es ahí donde el sujeto ha creado “su persona”, ha aprendido normas, valores, principios, pensamientos y conductas, entre otras muchas cosas, que en definitiva lo han motivado a ser un “ser único”.
Todos somos únicos, peculiares, especiales, por el simple hecho de ser. Todos tenemos cualidades positivas, potencial personal y también cualidades negativas, características que muchas veces nos limitan. Pero para entender y comprender quiénes somos tenemos que buscar respuestas en nuestra familiar de origen. Somos quienes somos por las generaciones que nos describen.
Desde la Terapia Familiar Sistémica el objetivo está en comprender y cambiar las dinámicas disfuncionales utilizadas hasta el momento. A diferencia de otros modelos lineales donde existe una causa-consecuencia, desde la Terapia Sistémica la visión es circular y multicausal. No existe una única causa para entender los problemas, el punto de interés es conocer cómo la persona está intentando resolver sus problemas y descubrir otras posibles alternativas. Se busca un para qué, qué función tiene el síntoma o los comportamientos disfuncionales, en lugar de porqués. Se trata de centrarnos en qué está ocurriendo y cómo se mantiene esa dinámica, entendiendo el funcionamiento del problema para encontrar nuevas soluciones.
La Terapia Familiar Sistémica se puede aplicar a una amplia variedad de trastornos, desde ella se pueden trabajar trastornos relacionados con ansiedad, trastornos sobre depresión, abusos o consumo de sustancias, trastornos sexuales, trastornos ligados a la infancia y/o adolescencia, trastornos de la personalidad… Sin embargo, no hace falta un diagnóstico para apreciar que una familia o persona tiene dificultades en su día a día para alcanzar el bienestar. El sufrimiento es el punto de comienzo de la terapia, cualquier malestar en exceso o bloqueo nos adelanta que estamos en el camino equivocado. Es el momento de pedir ayuda, pues no se trata de hacer siempre lo que se quiere sino de querer todo lo que se hace, y en eso consiste caminar hacia la felicidad.
El trabajo se centra en potenciar los recursos que la familia tiene para superar las dificultades o aliviar el malestar, para mejorar el funcionamiento de la misma a distintos niveles, para fomentar la comprensión de sus miembros y el apoyo emocional, para desarrollar estrategias de afrontamiento y habilidades de resolución de conflictos. Sin embargo, es importante saber que aunque la Terapia Familiar se centra en las relaciones, no es necesario que asistan todos los miembros a consulta. Desde esta corriente se entiende que el cambio en uno de los componentes, de forma directa o indirectamente, motivará el cambio en el resto, mediante la propiedad de circularidad de los sistemas.
La familia tiene como principal objetivo “sobrevivir” ante las adversidades, cumpliendo con las familias atraviesan crisis, no obstante puede ocurrir que la familia no logre superarla con éxito y comience a funcionar de manera patológica, originando en alguno o varios de sus componentes un gran sufrimiento. Es ahí donde la Terapia Familiar puede ayudarte a promover el ARTE DEL CAMBIO.