Sandra Brenes

SERVICIOS DE PSICOLOGÍA

¿Quieres aprender a sanar tus heridas y alcanzar un mayor bienestar?

El primer paso para el cambio es el más difícil y también el más importante. Te guiaré y ayudaré en todo el proceso. A continuación te muestro todas las áreas en las que puedo acompañarte.

La infancia es una etapa esencial y muy especial, un periodo de tiempo que debemos cuidar con mucha dedicación.  Durante los primeros años de vida se irá desarrollando la personalidad de cada niño, acompañado por sus padres y/o adultos de referencia. Estas primeras relaciones tendrán gran significado en la vida del menor e influirán posteriormente en su desarrollo emocional, mediante estos vínculos aprenderá a relacionarse con el mundo y con él mismo.

Aquí los adultos tienen un rol fundamental y muy importante, ellos serán los modelos y guías para el crecimiento de su hijo. De sus padres el niño aprenderá los valores, las creencias y los rituales familiares que le acompañara a lo largo de su vida.

Se trata de una etapa de continuos cambios, cambios normales y necesarios siempre que el niño pueda afrontarlos con normalidad. Sin embargo, puede que aparezcan cambios que generen dificultad para el infante, acontecimientos estresantes y difíciles de gestionar que afecten a su funcionamiento normal.  Separación o divorcio de sus padres, pérdida de un ser querido, problemas escolares, dificultades en las relaciones sociales, acoso escolar, maltrato infantil… Este tipo de acontecimientos pueden generar gran angustia en la familia y suelen detectarse cuando el niño comienza a mantener comportamientos inusuales y/o extraños.

La función de los padres en esta etapa es imprescindible en la terapia, mi trabajo será acompañar y ayudar al menor y a la familia, proporcionando herramientas y tareas para lograr gestionar las dificultades encontradas.

Enseñar a querer para que pueda aprender a quererse.

La adolescencia es una etapa de adaptación que nos lleva desde la infancia hasta la vida adulta. Un periodo de tiempo complejo que de manera natural conlleva inseguridades, cambios y nuevas demandas.

Se caracteriza por múltiples reajustes en la vida del joven a nivel físico, emocional y social. La búsqueda de la propia identidad, la preocupación por imagen corporal, la identificación con el grupo de iguales, la lucha de poder con sus padres para ganar independencia, los nuevos intereses y/o necesidades… son algunas de las complejidades que pueden experimentar los jóvenes hasta alcanzar la adultez.

Comportarse como un adolescente es muy difícil pero ser padre de un adolescente no es tarea fácil, la relación del joven con sus padres será fundamental en el cambio. La adolescencia conlleva modificaciones en las pautas y normas familiares, esto implicará cambios en su entorno. Fomentar y promover una relación de afecto entre el joven y sus padres le proporcionará un desarrollo y acompañamiento seguro hasta la vida adulta.

El problema aparece cuando los cambios normales de esta etapa se hacen complejos de afrontar. Los síntomas más comunes son la ansiedad, depresión, trastorno del sueño, trastornos de la conducta alimentaria, apatía, baja autoestima, miedos escolares, trastornos de la conducta, fobia social, aislamiento, adicción a las pantallas, trastornos con la imagen, entre otros muchos.

Como psicóloga familiar, mi trabajo consistirá en acompañar en la gestión de las emociones y de dichas situaciones, tanto al joven como a la familia.

“La vida no es lo que se supone que debe ser. Es lo que es. La forma de lidiar con ella es lo que hace la diferencia” Virginia Satir. 

La vida cuenta con momentos felices y placenteros y también con otros difíciles de entender, situaciones que no sabemos cómo enfrentar y que generan un gran malestar emocional, físico y/o fisiológico. Situaciones extrañas y dolorosas.

La psicología para adultos es un proceso activo y dinámico, mi labor será acompañarte en el camino para que puedas aprender a soltar, a quererte y/o a vivir de forma plena. A aprender de ti.

Aunque no siempre podamos cambiar la situación que nos causa malestar siempre podemos elegir cómo afrontarla. La psicología para adultos está dirigida a desaprender lo aprendido para aprender a vivir con nuevas herramientas y estrategias.

 

La relación de pareja es un vínculo emocional formado entre dos personas. Un espacio en el que ambos deciden compartir momentos y proyecto de vida, entregando cada uno lo mejor de sí para el crecimiento de la relación.

Aunque parezca sencillo, cada persona dentro de la relación es independiente y será en el comenzó de la relación donde ambos deberán negociar el significado que tendrá para cada uno el compromiso de estar juntos, la función de la pareja o “el contrato de pareja”. Este último estará determinado, entre otras cosas, por los mapas internos de ambos y el “amar” aprendido en su propia familia de origen.

Todas las relaciones atraviesan por momentos complicados que pueden generar mucho malestar a los miembros que la componen. Los problemas pueden deberse al inicio de la convivencia, dificultades de comunicación, distanciamiento  entre los miembros, el desinterés del cuidado de la relación, cambios en las prioridades vitales, la llegada de un hijo, dificultades sexuales… problemas que se complican cuando la pareja deja de mirarse.

Cada pareja es diferente, con una dinámica propia creada por dos personas, con dos mundo internos totalmente diferentes, con dos formas de amar y de relacionarse totalmente extrañas y nuevas para el otro, con un posible vacío interior que el otro no podrá llenar o al menos, no podrá mantener lleno.

Mi trabajo se ajustará a las necesidades específicas de la relación, con una metodología activa y emocional, adaptada a los objetivos que la pareja se proponga conseguir en consulta.

La familia es el primer sistema con el que interactuamos, vivimos nuestras primeras experiencias, aprendemos a relacionarnos y generamos nuestros primeros vínculos. La familia es un proceso vivo, en el que un grupo de personas desarrollan unos valores y principios particulares, propios de cada familia en concreto.

De manera natural, durante la vida, todas las familias atraviesan una sucesión de etapas que componen el Ciclo Vital Familiar.

Estas etapas son:

  • Joven-adulto independiente.
  • Formación de la pareja-matrimonio.
  • La llegada de los hijos y la crianza.
  • Familia con hijos adolescentes.
  • El despliegue de los hijos (nido vacío).
  • La jubilación o vejez.

Durante la vida de la familia se distinguen periodos de equilibrio y adaptación, pero también periodos de desequilibrio y cambios. El equilibrio y el cambio son esenciales para el funcionamiento saludable del sistema familiar. La familia funcional deberá establecer límites obvios y permeables con reglas claras y flexibles, generando sus propias dinámicas que cambiarán en forma y función según la etapa que esté atravesando.

Mi trabajo consistirá en acompañar a la familia a descubrir dónde se encuentra el conflicto y aportar herramientas para cambiar la manera de gestionarlo, consiguiendo  así el bienestar de la familia, superando las dificultades y/o bloqueos que les impidan vivir felizmente.

La infancia es una etapa esencial y muy especial, un periodo de tiempo que debemos cuidar con mucha dedicación.  Durante los primeros años de vida se irá desarrollando la personalidad de cada niño, acompañado por sus padres y/o adultos de referencia. Estas primeras relaciones tendrán gran significado en la vida del menor e influirán posteriormente en su desarrollo emocional, mediante estos vínculos aprenderá a relacionarse con el mundo y con él mismo.

Aquí los adultos tienen un rol fundamental y muy importante, ellos serán los modelos y guías para el crecimiento de su hijo. De sus padres el niño aprenderá los valores, las creencias y los rituales familiares que le acompañara a lo largo de su vida.

Se trata de una etapa de continuos cambios, cambios normales y necesarios siempre que el niño pueda afrontarlos con normalidad. Sin embargo, puede que aparezcan cambios que generen dificultad para el infante, acontecimientos estresantes y difíciles de gestionar que afecten a su funcionamiento normal.  Separación o divorcio de sus padres, pérdida de un ser querido, problemas escolares, dificultades en las relaciones sociales, acoso escolar, maltrato infantil… Este tipo de acontecimientos pueden generar gran angustia en la familia y suelen detectarse cuando el niño comienza a mantener comportamientos inusuales y/o extraños.

La función de los padres en esta etapa es imprescindible en la terapia, mi trabajo será acompañar y ayudar al menor y a la familia, proporcionando herramientas y tareas para lograr gestionar las dificultades encontradas.

Enseñar a querer para que pueda aprender a quererse.

La adolescencia es una etapa de adaptación que nos lleva desde la infancia hasta la vida adulta. Un periodo de tiempo complejo que de manera natural conlleva inseguridades, cambios y nuevas demandas.

Se caracteriza por múltiples reajustes en la vida del joven a nivel físico, emocional y social. La búsqueda de la propia identidad, la preocupación por imagen corporal, la identificación con el grupo de iguales, la lucha de poder con sus padres para ganar independencia, los nuevos intereses y/o necesidades… son algunas de las complejidades que pueden experimentar los jóvenes hasta alcanzar la adultez.

Comportarse como un adolescente es muy difícil pero ser padre de un adolescente no es tarea fácil, la relación del joven con sus padres será fundamental en el cambio. La adolescencia conlleva modificaciones en las pautas y normas familiares, esto implicará cambios en su entorno. Fomentar y promover una relación de afecto entre el joven y sus padres le proporcionará un desarrollo y acompañamiento seguro hasta la vida adulta.

El problema aparece cuando los cambios normales de esta etapa se hacen complejos de afrontar. Los síntomas más comunes son la ansiedad, depresión, trastorno del sueño, trastornos de la conducta alimentaria, apatía, baja autoestima, miedos escolares, trastornos de la conducta, fobia social, aislamiento, adicción a las pantallas, trastornos con la imagen, entre otros muchos.

Como psicóloga familiar, mi trabajo consistirá en acompañar en la gestión de las emociones y de dichas situaciones, tanto al joven como a la familia.

“La vida no es lo que se supone que debe ser. Es lo que es. La forma de lidiar con ella es lo que hace la diferencia” Virginia Satir.

La vida cuenta con momentos felices y placenteros y también con otros difíciles de entender, situaciones que no sabemos cómo enfrentar y que generan un gran malestar emocional, físico y/o fisiológico. Situaciones extrañas y dolorosas.

La psicología para adultos es un proceso activo y dinámico, mi labor será acompañarte en el camino para que puedas aprender a soltar, a quererte y/o a vivir de forma plena. A aprender de ti.

Aunque no siempre podamos cambiar la situación que nos causa malestar siempre podemos elegir cómo afrontarla. La psicología para adultos está dirigida a desaprender lo aprendido para aprender a vivir con nuevas herramientas y estrategias.

La relación de pareja es un vínculo emocional formado entre dos personas. Un espacio en el que ambos deciden compartir momentos y proyecto de vida, entregando cada uno lo mejor de sí para el crecimiento de la relación.

Aunque parezca sencillo, cada persona dentro de la relación es independiente y será en el comenzó de la relación donde ambos deberán negociar el significado que tendrá para cada uno el compromiso de estar juntos, la función de la pareja o “el contrato de pareja”. Este último estará determinado, entre otras cosas, por los mapas internos de ambos y el “amar” aprendido en su propia familia de origen.

Todas las relaciones atraviesan por momentos complicados que pueden generar mucho malestar a los miembros que la componen. Los problemas pueden deberse al inicio de la convivencia, dificultades de comunicación, distanciamiento  entre los miembros, el desinterés del cuidado de la relación, cambios en las prioridades vitales, la llegada de un hijo, dificultades sexuales… problemas que se complican cuando la pareja deja de mirarse.

Cada pareja es diferente, con una dinámica propia creada por dos personas, con dos mundo internos totalmente diferentes, con dos formas de amar y de relacionarse totalmente extrañas y nuevas para el otro, con un posible vacío interior que el otro no podrá llenar o al menos, no podrá mantener lleno.

Mi trabajo se ajustará a las necesidades específicas de la relación, con una metodología activa y emocional, adaptada a los objetivos que la pareja se proponga conseguir en consulta.

La familia es el primer sistema con el que interactuamos, vivimos nuestras primeras experiencias, aprendemos a relacionarnos y generamos nuestros primeros vínculos. La familia es un proceso vivo, en el que un grupo de personas desarrollan unos valores y principios particulares, propios de cada familia en concreto.

De manera natural, durante la vida, todas las familias atraviesan una sucesión de etapas que componen el Ciclo Vital Familiar.

Estas etapas son:

  • Joven-adulto independiente.
  • Formación de la pareja-matrimonio.
  • La llegada de los hijos y la crianza.
  • Familia con hijos adolescentes.
  • El despliegue de los hijos (nido vacío).
  • La jubilación o vejez.

 

Durante la vida de la familia se distinguen periodos de equilibrio y adaptación, pero también periodos de desequilibrio y cambios. El equilibrio y el cambio son esenciales para el funcionamiento saludable del sistema familiar. La familia funcional deberá establecer límites obvios y permeables con reglas claras y flexibles, generando sus propias dinámicas que cambiarán en forma y función según la etapa que esté atravesando.

Mi trabajo consistirá en acompañar a la familia a descubrir dónde se encuentra el conflicto y aportar herramientas para cambiar la manera de gestionarlo, consiguiendo  así el bienestar de la familia, superando las dificultades y/o bloqueos que les impidan vivir felizmente. 

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